miércoles, 18 de junio de 2014

Furtivo por una noche.

Una persona anónima nos manda su experiencia de una cacería nocturna e ilegal. Todos sabemos que el furtivismo existe, pero quizá nos lleva a publicar este relato el hecho de que
no es muy probable que conozcamos todos lo que pasa por la mente de uno de ellos ó que podamos leer ó escuchar de primera mano lo que sienten al realizar dicha "fechoría".
En este caso, damos por hecho que es un caso aislado.......... 

                             
                                                       (Foto: El Coto de Caza)

Una de las experiencias que todo cazador ha tenido que vivir es la de matar una res por la noche, el que diga lo contrario miente, ya sea de día o de noche. 
Yo bajo mi anonimato envió un relato a Esencia Montera sobre mi única noche de furtivo, la única noche que lo he realizado y por la que estoy satisfecho de haber vivido dicha experiencia junto a un buen amigo, una experiencia que me hacia volver tiempo atrás, cuando mis abuelos cazaban para comer ilegalmente. 

Fue una noche en la que estaba con mi amigo en casa viendo videos de caza, y le propuse si tendríamos valor de salir por la noche a ver si podíamos abatir alguna res, nos miramos fijamente a los ojos y dijimos SI. Así fue, cogimos mi 300 con tres balas solamente y nos dirigimos al campo andando, sin coche ni nada que pudiera sospechar a los guardas. 

No anduvimos mas de 1 km cuando escuchamos romper el monte, mi amigo rápidamente hizo una pasada con el foco y hay teníamos los ojos brillantes de una corza.
Apagamos el foco y nos hablamos muy bajito ¿tiramos a la hembra o no? Yo le dije que no, que mejor vamos a por un macho…. 

Seguimos andando por una veredita muy estrecha, pasaba el tiempo y no veíamos ni escuchábamos nada. Finalmente decidimos sentarnos al borde del monte dando vista a una gran pradera. Ahí si, ahí vimos tres grandes bultos cortando por medio de la pradera, pensábamos que era una cuadrilla de Jabalíes, me encaré el rifle, mi amigo lanzó el foco y ahí estaba, un bonito corzo macho con tres hembras, no me lo pensé y apreté el gatillo. El corzo macho callo al suelo fulminado. Las hembras corrían sin rumbo por toda la pradera y de fondo se escuchaba todavía el tiro. Mi amigo y yo nos levantamos despacito y nos retiramos durante 30 minutos del lugar para ver que nadie venia ni nada por el estilo. Pasado el tiempo nos acercamos al lugar donde el corzo callo abatido y alli estaba, un bonito corzo, lo arrastramos hasta la linde del monte y nos metimos al monte con el. Sacamos el cuchillo y empezamos a desollarle, le aviamos y la carne la metimos en bolsas en dos mochilas, junto al trofeo, y abandonamos el lugar. Cargados hasta arriba con el rifle enfundado y todo guardado volvimos para el pueblo. ¿Y cuál fue nuestra sorpresa? Cuando estábamos llegando al pueblo en una ladera escuchamos el partir de ramas, nos agachamos y enfocamos a la ladera, dos grandes jabalíes faldeaban la ladera sin tener miedo de la luz ni de nuestra presencia, cuando estaba sacando el rifle se pararon, levantaron los hocicos y salieron como balas ladera abajo para meterse en el barranco. Miré a mi amigo fijamente y me eche a reír. Estas cosas solo le pasan a uno que sale al campo de noche o de día da igual. Cuando llegamos a casa, ya respiramos de verdad, nos tranquilizamos y dijimos: “Hemos ido de furtivos, hemos abatido un corzo macho y no hemos levantado sospecha ninguna,” la adrenalina que pasaba por nuestro cuerpo junto a los nervios era increíble.

Esto fue en el año 2010, con este relato no queremos levantar ninguna polémica, solamente queremos contar bajo nuestro anonimato una experiencia de caza diferente a las demás.

Gracias a Esencia Montera por atendernos y publicar nuestra experiencia.

Por: Anónimo.

El Mani y Raul Blazquez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario