martes, 25 de febrero de 2014

Relato de Gonzalo del Rio y su Corzo Soriano.

Empezado estaba ya el celo del corzo y yo estaba que me subia por las paredes, deseoso de ir y ver que tal me desenvolvia usando un reclamo (era novato en el tema). Por fin llego el deseado dia y partimos para tierras de Castilla, llegamos pronto y decidimos comer en un merendero en el campo mientras planeabamos la jugada. A mi se me hacia interminable la espera, y es que cuando los mayores se ponen a darle al palique.... Asi que me entretuve cogiendo cangrejos en un cercano arroyo, hasta que llego la hora de ir a cazar.

 No tardamos en llegar a la zona que teniamos pensada, rapidamente nos dividimos y decidi acompañar a un amigo (junto con mi perrita teckel con 5 meses) y asi usar el reclamo. Empezamos a recechar una zona preciosa por un camino y enseguida empezamos a ver caza. Veiamos corzas por todas partes, y yo con el reclamo las traia a unos 10-15 metros de nosotros, pero el macho no daba la cara y asi estuvimos toda la tarde.

Callo la noche, nos recogimos, cenamos algo y nos dispusimos a recechar, siempre con la enorme luna que habia, pues estaba llena, y esta vez yo llevaba el rifle y pensando en dar con algun guarro en los diferentes trigos que habia. Un buen rato pasamos andando dejandonos los ojos en los que prismaticos para dar con los guarros, pero no teniamos suerte y no veiamos nada. Volvimos ya, y me dio por mirar a una siembra y alli estaba el cochono jabali, solitario y no muy lejos del monte.
Rapidamente planeamos la jugada, pero antes mire una vez mas al guarro y me llamo la atencion lo mucho que se habia movido, y en esas estaba cuando me di cuenta que se trataba de otro animal, y mirando bien me di cuenta de que era un corzo y una corza, pues no hacian mas que correr y perseguirse. Me centre en el corzo y mientras estaba despistado en sus asuntos amorosos me fui acercando hasta ponerme a unos 80 metros sin que se enterase.

El macho estaba agotado y decidio dejar de correr a la hembra que me favorecio un monton. Y alli estaba yo en medio de la nada enfrente del corzo dejandome los ojos para ver si merecia la pena o no. Finalmente y gracias a los prismaticos, la luna y que el corzo bajo la cabeza, pude ver en contraste con el amarillo del trigo que tenia buena cuerna y me decidi a tirar. Ya dispuesto a tirar estuve mas de cinco minutos a que el corzo se me pusiera de lado para hacer un buen tiro, cinco minutos que se hicieron eternos y que me hicieron que me pusiera mas nervioso aun. Finalmente el animal se giro y sin dilacion aprete el gatillo. El silencio de la noche se rompio con el estallido del arma, la corza corria sola hacia el monte, mi corzo yacia en el suelo y yo respiraba tranquilo con la satisfaccion de haber hecho un buen tiro.

Me dirigi al animal y cuando llegue hasta el me quede enamorado, vaya animal mas bonito, que pelo rojizo de verano y que trofeo!!! Increible el lance, un poco inesperado y que me puso a prueba como cazador. Una vez mas las tierras de Castilla me sorprenden!! Que bonita es la caza y mas cuando te llevas estas sorpresas cazando en abierto.

Por: Gonzalo del Rio
@cazaytradicion


El Mani y Raul Blazquez.

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