lunes, 22 de septiembre de 2014

Primeras salidas con éxito.

Lo mío con los venados tiene tela y es que en los últimos años me he hecho con corzos, gamos, guarros, ciervas, pero venados ni uno, no era capaz....

Todo empezó con una llamada de teléfono de un buen amigo, me invitaba a pasar unos días y descargar de reses la finca (con el debido permiso, pues se trata de coto intensivo) lo cual acepte encantado, me monte en el coche con otro gran amigo que justo iba a su finca, cercana a la que yo iba, pasamos la mañana echando de comer a las reses y viendo el campo, comimos en el pueblo una señora comida de esas camperas que dan gusto y poco a poco se nos echo la tarde y la hora de salir al campo.

Ya en la finca decidí ponerme de espera a los cochinos en un "treestand "a ver sí daba la cara alguno bueno, cosa que después de 4 horas y media de espera no sucedió, lo que sí paso fue que me deje la espalda en el dichoso "treestand",volví a la casa y me quede escuchando la berrea decidido a pintar suerte por la mañana....... Sonó la alarma a las 5 y dije: Bueno por una hora más!!.... la deje hasta las 6 y me volví a dormir...... ya a las 7 dije: Venga Gonzalo, que para dormir te quedas en tu casa!! Cogí las cosas, salí fuera y había venados berreando por todas partes... Así que me dispuse a andar y a probar suerte.... El rececho estuvo entretenido, vi varias corzas y un par de zorros, hasta que de repente asome a un claro y vi una res comiendo….. Mire y vi que era un venado, pero me pareció poca cosa…. aún así me decidí a entrarle. La entrada fue una odisea, recorrí más de 200 metros casi de puntillas, que dije..... Cualquiera que me vea con las posturas que estoy poniendo..... el caso es que el venado ni se enteró y me metí a 120 metros de el, era enorme de cuerpo y de cuerna, ya no me parecía tan malo.... Le metí en el visor y me decidí a tirarle, el venado estaba de lado, ofreciéndome el codillo, me apoye en una encina y dispare, el tiro me sonó a haber hecho chicha pero el venado salió al trote un poco encogido y se me paró a unos 200 metros, así que le volví a tirar volviéndolo a dar y está vez salió corriendo a toda pastilla y desapareció en el monte. Empecé a dudar de si realmente le había dado. Preferí darle tiempo y volver más tarde por sí se había encamado, me volví a la casa, desayune y me fui a descastar algunas reses (Ciervas), ya cumplida la mañana me fui a buscar mi querido venado, la búsqueda fue un poco desesperante porque no veía sangre ni ningún indicio de haber acertado, pero confiaba en haber tirado bien y seguí buscando hasta que a unos 90 metros del segundo tiro metido en el monte y cuesta arriba estaba tumbado y sin vida mi venado. La sorpresa al verle fue enorme porque era más grande de lo esperado, todo fue alegría fotos y la vuelta a casa con la satisfacción de haber hecho bien las cosas.

Por: Gonzalo del Rio
@cazaytradicion

El Mani y Raul Blazquez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario