De tal manera nos decantamos, gracias a la dedicación de Raúl Blázquez, por asistir a la montería en la finca “Valdespino”, organizada por la propiedad (José Ignacio Ropero), sita en el término municipal de Consuegra (Toledo), tierra de hidalgos, gigantes y batallas, donde su Atalaya e inconfundibles molinos, nos dieron la bienvenida.
Se trata de una finca abierta de 550 hectáreas, de las que montearíamos la solana, con 39 puestos en 7 armadas y 12 rehalas. En un marco emblemático donde los haya por la vegetación de sus encinas, espeso monte de cabeza, romero, tomillo, jaras, etc.
Antes de las nueve de la mañana, hora en la que estaba previsto el sorteo, nos reunimos todos en el restaurante “La Centinela”, y aunque temprano, ya se presagiaba un día en el que el calor iba a ser uno de los protagonistas. Allí pudimos conocernos todos, el buen ambiente junto con los nervios previos normales que todo cazador siente antes una actividad cinegética, hizo que el entusiasmo y la alegría se multiplicase por 100.
Inmediatamente después de un copioso desayuno típico, migas manchegas (que por cierto, un manjar para nuestros paladares) dio comienzo el sorteo. Previa salida hacia los cazaderos, una oración, la suerte estaba echada ¡A montear!.
Aún sin haber soltado los perros ya se sucedían los primeros lances. Durante toda la mañana se escucharon tiros y a la suelta, la emoción de las ladras hizo de muchos de nosotros una mañana más que entretenida.
La montería transcurrió con total normalidad, como no podía ser de otra forma, el calor hizo que el agotamiento y la sed de los perros se hicieran muy notables, los cuales acabaron exhaustos.
En torno a las 15,30 de la tarde se dio por finalizada la montería. Todos deseando llegar a la junta de carnes para cada uno de nosotros exponer como se nos había dado. Y así fue. Delante de unos aperitivos y bebidas refrescantes que amablemente nos preparó la propiedad, estuvimos dando rienda suelta a cada uno de los lances, reses que no se abatieron, fallos, el calor y un sin fin de anécdotas que ninguna por muy insignificante que parezca, no nos pasó desapercibida.
Finalmente el resultado de la montería fue más que aceptable, 15 venados, 10 jabalíes y 26 ciervas.
En el mismo restaurante donde sorteamos, nos tenían preparadas unos deliciosos judiones que sin lugar a dudas, dimos buena cuenta de ellos.
La montería dio por finalizada, pero no una montería más, sin lugar a dudas una montería donde nos conocimos un grupo de amigos que lejos de plasmar nuestras inquietudes, consejos, bromas, a través de una pantalla de ordenador, SmartPhone, Tablets (tecnología punta), nos conocimos cara a cara, hablamos de tu a tu, nos reímos mucho y aunque lo que nos ha unido siempre a sido esta nuestra forma de vida, la caza, en este caso, se puede decir que quedó en un segundo plano.
De la juerga post-montería...ya hablaré otro dia, porque se alargó hasta la mañana del Domingo siguiente.......ahí lo dejo.
Ahora, eso si, deseando organizar otra lo antes posible y como mínimo, pasarlo igual de bien.
Queremos agradecer en primer lugar a la propiedad, José Ignacio Ropero, por la excelente organización. A todas y cada unas de las rehalas, por un trabajo excelente e inmejorable. Lamentando igual, la perdida de varios perros de dos de las rehalas participantes.
A Pasión Morena, de la mano de Nazaret y Fran por la calurosa acogida en su hidalga tierra. A todos los que pudisteis asistir desde diferentes puntos de la geografía española.
Y por supuesto a los que no, que se os echó mucho de menos, y deseando que la próxima sea a la mayor brevedad posible, y podamos estar todos.
Gracias, gracias y gracias.
Texto: Rocío de Andrés y Raúl Blázquez
Fotografía: Jaime Santos y PasiónMorena
Raul Blazquez y "El Mani"
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