martes, 27 de enero de 2015

Un jueves de espera......

Era un jueves cualquiera, como el de todas las semanas, y en nuestra finca, era uno de esos días en el que teníamos la oportunidad de ir de espera. Por eso, familiares míos, compañeros en casi todas las esperas que hago, habíamos decidido ir de espera. Los puestos estaban muy bien tomados, había rastro de gamo y de jabalí, los rascaderos tenían buenas colmilladas y eso presenciaba buena noche.

Me decidí por un nuevo puesto, uno en el que nunca me había colocado y no entiendo el porqué,  ya que era un bonito puesto y parecía que los guarros entraban todas las noches.

Nos preparamos en la puerta de la finca todos los bártulos, para coger, bajarnos del coche, sacar las cosas de cada uno y irnos hacia el puesto.

Serian las 6:15 cuando llegue al puesto, un puesto de suelo pero escondido entre dos grandes piedras que hacían que el "dichoso" aire no me preocupara demasiado. Me senté en mi silla, me puse el trípode a la altura perfecta, cargue el rifle, puse la linterna, el seguro y ya comenzo la espera.

No había anochecido cuando ya se escuchaba algún gruñido de algún guarro al ser pegado por otro o alguna guarra siendo montada por un gran macho, ya que es época de celo. Cae la noche y nos centramos, guardamos el móvil y nos preparamos a la entrada de que venga algún animal.

A eso de las 7, ya medio de noche,  siento que se acerca algo, pasos rápidos pero precavidos,  cuando entran por mi derecha dos gamas, a unos 50 metros,  pero precavidas y sin salir mucho al claro, las observo esperando que algún gran macho venga por detrás,  pero me detectan y se dan la vuelta,  la oportunidad estaba perdida.

Sigue la noche y sigue la espera,  se escucha movimiento pero no parece que entre nada.  La noche se calma, de fondo el aire que se había levantado con algo de fuerza…. Cuando crack! Un sonido me alarma, quizás era un guarro mascando maíz, pongo toda mi atención y…. Crack!  Otra vez. Estaba claro,  ya había algún guarro en el comedero.

Me coloco el rifle sobre el trípode y apunto, veo el bulto de un guarro,  enciendo la linterna y ahí se encontraba, un buen guarro que aunque no era muy grande, hacia una gran mancha por la noche y que no daba mucho la cara, tapándose con los árboles que había detrás.


Deje que me diera el costado…. Apunte al codillo y…. Pum! Seco. El guarro había caído sin enterarse absolutamente de nada. Resulto ser un bonito macho,  pero sin boca.

Seguí a la espera de un doblete del que no me dieron oportunidad. Me vinieron a recoger y la alegría de mis compañeros era máxima. Cargamos el guarro en el coche,  recogimos y nos fuimos a casa contando el lance y lo que nos había pasado a cada uno. Completábamos otra espera mas, y esta vez,  como otras pocas, con buenos resultados.

 Por: Javier Díaz.
        @JavierDiaz1414

"El Mani" y Raul Blazquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario