La verdad es que para ser un macho joven dio 42 y 42,5 cm de longitud en la cuerna. De los mas grandes que se pueden abatir con esa edad. Aquellos montes de Terul son preciosos y la densidad de animales es tremenda. Los trofeos que se ven son espectaculares, muy recomendables.
El rececho fue precioso, de los que nos gustan. Nada de llegar y abatir, el primer dia fue una busqueda intensa desde el medio dia hasta la puesta del sol pasadas las 21H, sin descanso, buscando las sombras que a ellos tanto les gustan. Pero solo aparecian machos muy grandes de 8 y 9 años. No validos para el precinto que llevaba de hasta 5 años.
El segundo dia amanecio muy frio, a las 6 de la mañana y aunque apenas pude dormir, estaba bastante despierto y dispuesto a echarme 15 horas de rececho.
Nada mas empezar ya avistamos unos grandes grupos de machos jovenes entre los cuales habia ejemplares muy interesantes. Apostados en las cumbres, esperando los primeros rayos de sol que aun se hacian esperar. Realizamos la primera entrada con mucha tranquilidad y nos sorprendio un rebaño de hembras con sus crias que en "absoluto silencio" dieron la voz de alarme a todo ser viviente de la zona!! En fin...... seguimos la marcha.
Paramos almorzar sobre las 10:15H e inmediatamente reanudamos el camino, no anduvimos ni 200m cuando en un repecho de rocas y arboles aparecen 7 machos y dos de ellos perfectos para mi. Estaban jugando en la cola del grupo, rezagandose por el juego que traian. Sin percatarse de nuestra presencia nos pusimos a 100 metros de ellos, me oculte en un chaparro y tranquilamente le apunte. En ese momento el grupo reanudo el paso y justo en el preciso instante antes de apretar el medio pelo de mi R8...... el animal dio un paso y yo un gatillazo. Fue ese instante en el que me precipite pensando que se me iba y ya llevaba mucho tiempo andando. Logicamente erre el disparo y quede enormemente frustrado a pesar de los animos de mi compañero que en esos momentos te alienta diciendote "que el sabe lo buen tirador que eres" y que eso nos pasa a todos. Nada te anima, pero hay que continuar.
Recechando y cambiando de zonas hasta bien entrada la hora de comer y asi lo decidimos. Pero el destino me tenia preparado otro lance. Yo no los vi en ese momento, pero mi compañero desde su ventanilla en el lado del copiloto si. Y con voz muy calmada le dijo al conductor "hay los tenemos, ahora o nunca. Continua conduciendo y para 100m mas adelante". Mi corazon se salia del pecho. Yo todavia no los veia y arrastrandome voy a la base del arbol indicado. Ahora si los veo. Pero no estan quietos, se huelen el peligro y se quieren ir. Lo siento amigo pero esta vez no te vas. Me indican 172m y yo pongo 4 aumentos. No vaya ser que me lo trague como el de esta mañana. Y entonces suavemente llega lo inevitable y por suerte nada que lamentar por el animal que encoje las cuatro patas que le asian a su amiga la roca y rueda unos metros a encontrar su descanso eterno. Es entonces cuando estallo de emocion y le doy las gracias por entregarme su vida sin previo acuerdo por ambas partes.
Eso es todo, esa es la historia de este macho joven de los montes de Terul.
Por Raul Blazquez.
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